El Orfeón interpretará dos conciertos con la Orquesta Sinfónica de Galicia en el Palacio de la Ópera de A Coruña el próximo miércoles y en la 46 Semana de Música Religiosa de Cuenca el Viernes Santo. En ambas ciudades, y bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez, se abordará la Misa en Fa de Bruckner, una obra que requiere una gran preparación técnica para mantener la tensión constante. Los solistas Marie Arnet (soprano), Anna Stephany (mezzo), Dimitri Korchck (tenor) y Attila Jun (bajo) completan el cuerpo vocal.
El compositor austriaco Anton Bruckner escribió esta partitura -la última de sus tres misas- y la estrenó, dirigida por él mismo, en 1872 en Viena. Tuvo serias dificultades para estrenar esta obra colosal de contenido y formato, incluso se vio obligado a sufragar parte de los costes de su estreno, que cosechó críticas favorables desde el principio.
El Orfeón la ha interpretado en numerosas ocasiones en los últimos años. Las más destacadas son las versiones ofrecidas en el Teatro Real en tres ocasiones, en1988, con López Cobos; otras tres interpretadas en la capital alemana en 2001 con la Filarmónica de Berlín bajo la batuta de Daniel Barenboim; las versiones para la Quincena Musical de 2001 y el Festival de Santander con Marek Janowski y la Sinfónica de la Radio de Berlín y la interpretada en Tenerife con la Sinfónica de Tenerife y Víctor Pablo.
Bruckner es, junto con su contemporáneo Gustav Mahler, una de las grandes especialidades de Víctor Pablo Pérez. La carrera del maestro burgalés no se entiende sin los importantísimos hitos brucknerianos que la jalonan. Según manifestó durante los ensayos que tuvieron lugar la semana pasada en la sede del Orfeón, ha dirigido la integral de las sinfonías de Bruckner, tanto con la Sinfónica de Tenerife como con la de Galicia. "No sé si soy el único o de los úncios directores que lo ha hecho. Ignoro la razón -ha confesado- pero con este compositor me siento muy afín y he profundizado mucho en su música". También se siente muy próximo al Orfeón, con el que está vinculado desde hace un cuarto de siglo. "La primera vez fue un Requiem de Brahms con la Orquesta de Asturias. Luego ha habido muchos más conciertos, como aquel maravilloso Te Deum de Bruckner que interpretamos en 1991 en Cuenca, con la Sinfónica de Tenerife, cuando todavía no existía el auditorio y los conciertos se celebraban en la iglesia de San Pablo. Para mí, volver a hacer esta misa con el Orfeón, en A Coruña y Cuenca, es un placer. También la interpretamos en Tenerife en 2005 y ahora es una gran satisfacción, porque es volver a recordar los viejos tiempos".